El antes y el después

Todos estamos conectados. No, no hablo de eso... O sí...

Estamos conectados en una u otra red "social", cuyo uso supuestamente limitamos, pero no conseguimos detenernos del todo.

Estamos conectados comprando lo que sea en la web, el banco online, el cole a distancia, el gimnasio en casa...

Teletrabajando…

Con el yoga o la meditación siguiendo a diferentes gurús en internet.

Incluso con el sueño y el despertar.

Estamos constantemente en la red.

Con todos nuestros movimientos.

Literalmente con cada opinión expresada, estado de ánimo o comentario, nuestros intereses están conectados.

¿Estamos viviendo algo que veíamos hace tiempo en la Matrix?

¿El mundo como lo conocemos es un producto de nuestra imaginación o una ilusión construida por un malvado científico? Quizá somos objetos de un experimento científico y nos están haciendo creer que estamos viviendo una vida completamente normal… No lo sé… esto daría para muchas páginas…

Ahora me pregunto, ¿qué sigue?

Ahora que hemos visto la vida regresar...

Ahora que hemos rebobinado como si de una cinta VHS se hablará...

Hemos dado un paso atrás, un paso atrás que nos ha sido impuesto no sabemos muy bien por qué…

Pero ya vamos pasando de fase en fase en la dichosa desescalada.

Se levantan las restricciones y volvemos poco a poco a la normalidad hasta llegar a la nueva normalidad que tanto comentan. Ya está a la vuelta el esperado momento.

Y yo pienso:

¿Correremos de nuevo hacia los coches y atascaremos las calles para contaminar el cielo sobre nosotros en nada?

¿Valoraremos más el agua, el sol, el olor de la Tierra?

¿Será más valioso el aire en la calle, la hierba verde, los pajaritos cantando de madrugada y las palomas enamoradas?

¿Echaremos de menos las recetas deliciosas que de nuevo preparábamos en casa, como hicieron nuestras madres y abuelas?

¿Vamos a querer más a los animales, nuestras mascotas, que solo quieren compartir su amor con nosotros?

¿Valoraremos una sonrisa sin mascarilla y un rato de carcajadas con los amigos?

¿Un paseo sin posar para luego publicar una selfie en alguna parte?

¿Sabremos gestionar mejor la envidia?

¿Dejaremos de lado la maldad para intentar aflorar la bondad?

¿Seremos más humanos?

Yo, desde luego me apunto en ese antes y después.

En una pregunta:

¿Ahora realmente hemos entendido el contacto entre nosotros?

Yo, quiero pensar que sí...

¿Hemos aprendido la lección?

Lo dudo…

Un abrazo